Causa y Efecto
Todo lo que siembras, cosecharás, es ley.
Lo que sucede en tu vida (efectos) son resultado de ti mismo y solo de ti mismo, nadie es culpable por lo que te sucede y nada responde al azar, eres tu y solo tu quien ha generado lo que se manifiesta en tu vida, te guste o no, te parezca o no, estés de acuerdo o no.
La cultura nos enseño que los padres, profesores, parejas, compañeros, gobiernos, son culpables por lo que nos sucede, son ellos, los responsables de la situación por la cual pasamos, sus acciones, sus faltas, sus decisiones, nos llevaron a lo que estamos viviendo, o fue una sucesión eventual de hechos orquestados por el azar los que hicieron que esta realidad exista y NO ES ASI, toda realidad, TODA, ha sido generada por ti mismo, para ti mismo, para que reconozcas tu nivel de sabiduría y te dispongas a manifestar tu poder creador.
Tu trabajo no es la cosecha, pues ella es solo un resultado, tu trabajo es la siembra, la cual depende de forma exclusiva de ti mismo, eres tu quien decide que siembra, en tus intenciones de acción constante; eres tu quien decide hacia dónde dirige el pensamiento o dejas que vaya en cualquier sentido de forma automática, sembrando lo que sea y sin sentido, eres tu quien decide que dices o que callas, sembrando en ti y en tu entorno, lo que habrás de cosechar; eres tú quien decide que haces, cómo lo haces, que tanto compromiso tienes con tu acción, que tanto entusiasmo le imprimes a tu hacer y por tanto que estás sembrando.
Los sentimientos son los claros marcadores de la calidad (frecuencia vibratoria) de tus pensamientos, intenciones, palabras y acciones, la observación constante y consciente de ellos, puede servirte para saber con exactitud loque estás sembrando.
Vivir en la ley de causa y efecto te libera de inculpar a lo demás por tu realidad y por tanto te libera de luchar contra lo que no comprendes, además hace que uses toda realidad como lo que es: un resultado de ti mismo y nada más, por si fuera poco te lleva a dirigir tu pensamiento, palabra y acción, a observar tus sentimientos y a llevar una vida más armónica y en paz.
Todo lo que siembras, cosecharás, es ley.
Lo que sucede en tu vida (efectos) son resultado de ti mismo y solo de ti mismo, nadie es culpable por lo que te sucede y nada responde al azar, eres tu y solo tu quien ha generado lo que se manifiesta en tu vida, te guste o no, te parezca o no, estés de acuerdo o no.
La cultura nos enseño que los padres, profesores, parejas, compañeros, gobiernos, son culpables por lo que nos sucede, son ellos, los responsables de la situación por la cual pasamos, sus acciones, sus faltas, sus decisiones, nos llevaron a lo que estamos viviendo, o fue una sucesión eventual de hechos orquestados por el azar los que hicieron que esta realidad exista y NO ES ASI, toda realidad, TODA, ha sido generada por ti mismo, para ti mismo, para que reconozcas tu nivel de sabiduría y te dispongas a manifestar tu poder creador.
Tu trabajo no es la cosecha, pues ella es solo un resultado, tu trabajo es la siembra, la cual depende de forma exclusiva de ti mismo, eres tu quien decide que siembra, en tus intenciones de acción constante; eres tu quien decide hacia dónde dirige el pensamiento o dejas que vaya en cualquier sentido de forma automática, sembrando lo que sea y sin sentido, eres tu quien decide que dices o que callas, sembrando en ti y en tu entorno, lo que habrás de cosechar; eres tú quien decide que haces, cómo lo haces, que tanto compromiso tienes con tu acción, que tanto entusiasmo le imprimes a tu hacer y por tanto que estás sembrando.
Los sentimientos son los claros marcadores de la calidad (frecuencia vibratoria) de tus pensamientos, intenciones, palabras y acciones, la observación constante y consciente de ellos, puede servirte para saber con exactitud loque estás sembrando.
Vivir en la ley de causa y efecto te libera de inculpar a lo demás por tu realidad y por tanto te libera de luchar contra lo que no comprendes, además hace que uses toda realidad como lo que es: un resultado de ti mismo y nada más, por si fuera poco te lleva a dirigir tu pensamiento, palabra y acción, a observar tus sentimientos y a llevar una vida más armónica y en paz.