Respeto

Wilmar García

Munay

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Qué fácil es decir que el respeto es fundamental, qué fácil es hablar del valor del respeto y a la vez que espontáneo y frecuente es criticar tras juzgar cada uno y todos los comportamientos ajenos.

Que fácil es creer que hay respeto cuando compartimos los mismos gustos, las mismas formas, las mismas creencias, así es muy simple pretenderse muy respetuoso, no obstante, cuando los comportamientos son contrarios a las creencias personales, ¿Qué tanto juicio y crítica hay detrás? Justificados en el deber ser social, moral o lo que sea, viene la crítica y por tanto el irrespeto y allí no hay auto observación del nivel de castigo interno y de rechazo externo, pues la creencia social de la bondad y del deber ser, permiten la arrogancia y la falta de valoración por el otro en su individualidad por ignorante que sea.

Creerse bueno y sabio es muy fácil, creer que se respeta lo es aún más, sin embargo, son solo otra careta mas de la falta de amor propio y por la realidad, llevando a sumirse mas y más en el juicio, la crítica, el rechazo y el castigo propios del irrespeto.
Para respetar es necesario saber que cada quien actúa desde lo mejor que sabe y puede desde donde aprendió según su propia experiencia, que comienza en su genética y pasa por miles de vivencias que le han marcado a actuar como lo hace, es necesario reconocer que el otro en sus diferencias solo es la oportunidad de ampliar las capas de la mente propia, de flexibilizar la visión del mundo y que solo en el propio individuo está el poder de perder la paz al juzgar o de mantener el amor propio respetando.
Respetar requiere amarse, amar al otro, observarse, observar al otro, crecer en y con el otro por diferente que sea.